Rimualdo
Campesino del Bajo Cauca antioqueño dedicado a la autogestión intelectual a través de la lectura, la pantomima y la narración escrita y oral. Más recientemente inmerso en la poesía y la escritura libre.
Maizcito, maizcito,
¿Por qué tan encerradito
en tu cocuyo
de espejos
ya sin brillo?
Se te nota lo aburridito
alejado del tumulto copioso,
que apechichado sobre satén ganoso,
deja sus miles de caras traquear
ante el sofocante abrazo
de aceite viscoso.
Salta, salta y date duro en ese rabito,
y deja explotar tus rellenos blanditos;
reconoce que te han mentido
pues ni los éxtasis de cactuses
ni los tropicales jugos de los hongitos,
remiendan lo que por otros
fue escrito.
Escucha el Tock tock
del cuervo explicando al loro, que el sabor
de tú majadero rencor
es tan útil para el mundo,
como un cuchillo de feria
con las puntas muecas
a la hora de freir
mazorcas tiernas.
A tus espejos, sonríe;
que la cosa no es tan seria. Explota, goza,
que tu ego es otra cosa.
La tranquilidad no existe,
solo el candor
del sartén bien caliente.
Únete (nos), que los atarzanados descorazados y reventados, esperan (mos) el júbilo de
tu acojinado y abollonado cobijo.
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